Al contratar un seguro, ya sea de automóvil, hogar o salud, no solo estás adquiriendo una protección financiera ante imprevistos, sino que también adquieres una serie de deberes y responsabilidades que son clave para mantener la validez de tu póliza y asegurar que, en caso de necesidad, puedas contar con el respaldo adecuado de la aseguradora. A continuación, te explicamos las principales responsabilidades que debes cumplir como asegurado.
Proporcionar información veraz y completa
Uno de los primeros deberes que tienes como asegurado es proporcionar información precisa y completa al momento de contratar la póliza. Las aseguradoras basan la cobertura y el costo de la prima en los datos que proporcionas, por lo que cualquier omisión o falsedad puede poner en riesgo la validez del seguro. Es esencial que declares con exactitud aspectos como:
- El uso del bien asegurado (por ejemplo, si un vehículo será utilizado para actividades comerciales).
- El valor de los bienes que quieres asegurar.
- La existencia de otras pólizas de seguro que puedan influir en la cobertura.
Pago puntual de la prima
El pago de la prima es uno de los compromisos más evidentes, pero no por ello menos importante. Pagar a tiempo es esencial para mantener activa tu póliza. Si no realizas el pago en los plazos establecidos, la aseguradora tiene derecho a suspender la cobertura o, incluso, a cancelar el contrato. Mantener un calendario de pagos o establecer recordatorios puede ayudarte a cumplir con este compromiso y evitar problemas futuros.
Notificar cualquier cambio relevante
A lo largo del tiempo, es posible que ocurran cambios que debas comunicar a tu aseguradora, ya que estos pueden afectar el riesgo que asume la compañía. Algunos ejemplos de cambios importantes que deben ser notificados incluyen:
- Si cambias de dirección, especialmente en seguros de hogar.
- Si realizas modificaciones en un vehículo asegurado.
- Si cambian los conductores habituales de un coche.
- Si aumenta o disminuye el valor de un bien asegurado.
El no notificar estos cambios podría resultar en la anulación de la póliza en el momento en que más necesites la cobertura.
Cumplir con las medidas de seguridad
Muchas pólizas de seguros exigen que los asegurados implementen ciertas medidas de seguridad para minimizar el riesgo. Estas pueden incluir la instalación de alarmas en el hogar, el uso de dispositivos antirrobo en vehículos o la realización de mantenimientos periódicos en ciertos bienes asegurados. Cumplir con estas exigencias es fundamental para que, en caso de siniestro, la aseguradora no rechace la reclamación por negligencia.
Notificar cualquier siniestro de manera oportuna
Si ocurre un siniestro, como un accidente o un robo, tienes la responsabilidad de notificarlo a la aseguradora lo antes posible. La mayoría de las compañías establecen un plazo máximo para reportar incidentes, que puede variar de unos días a algunas semanas, dependiendo del tipo de póliza. El no cumplir con este requisito podría llevar a que la aseguradora rechace el reclamo.
Al notificar un siniestro, es importante proporcionar todos los detalles del incidente de manera clara y precisa, así como adjuntar cualquier documentación o prueba necesaria, como fotos o informes policiales.
Cooperar durante el proceso de reclamación
Una vez que presentas una reclamación, tu deber es cooperar plenamente con la aseguradora durante todo el proceso. Esto implica proporcionar toda la documentación solicitada, responder a las preguntas del ajustador y permitir el acceso a los bienes asegurados para su evaluación. Esta cooperación facilita el proceso y aumenta las probabilidades de que tu reclamación sea resuelta favorablemente.
Evitar el agravamiento del riesgo
Como asegurado, tienes la responsabilidad de evitar, en la medida de lo posible, que el riesgo asegurado aumente. Por ejemplo, si tu póliza cubre daños por incendio, debes tomar las precauciones necesarias para minimizar el riesgo de que ocurra un incendio, como no almacenar productos inflamables de manera insegura o no sobrecargar el sistema eléctrico de tu hogar.
Ser un asegurado responsable implica cumplir con una serie de deberes que no solo protegen tus intereses, sino que también garantizan que, en caso de que ocurra un siniestro, tu aseguradora cumpla con sus obligaciones. Proporcionar información veraz, realizar pagos puntuales, notificar cambios y cooperar durante el proceso de reclamación son algunos de los pilares fundamentales para mantener una relación transparente y eficaz con tu aseguradora.
Cumplir con estas responsabilidades te asegura que, en los momentos difíciles, podrás contar con el respaldo que necesitas.



