El concepto se remonta a la época de los griegos, y quizás al tiempo de los fenicios cuando se inventó, por primera vez, un sistema que permitía que el dueño de un barco tomara prestado los fondos necesarios para comprar la carga y financiar sus viajes a cambio de que si todo salía como se esperaba, el propietario del barco pagaría a su banquero el préstamo y un interés adicional. Si el resultado del viaje era diferente al esperado a consecuencia de alguna tormenta, guerra, plagas, piratas u otro evento inesperado que no permitiera que la carga, e inclusive en algunas ocasiones el mismo barco llegara a su destino final, el banquero no podía recuperar la cantidad financiada y mucho menos el interés impuesto.
Debido al alto riesgo de la travesía, los prestamistas cobraban un interés mucho más alto que el de riesgos de menos exposición. La diferencia entre la tasa normal en comparación con la tasa impuesta a los riesgos marítimos, se cobraba como consecuencia de la transferencia de riesgo que asumía el prestamista en perder su dinero, dándole inicio, no sólo al concepto de transferencia de riesgo, sino al concepto de seguro en general.
Un seguro de embarcaciones ofrece protección contra daños, robos o accidentes que puedan ocurrir en el agua o en puerto.
Pero, ¿qué es en realidad el seguro marítimo?, ¿cuáles son los riesgos que están amparados bajo este seguro? y, ¿qué información se necesita en el proceso de suscripción?
El seguro marítimo tiene como objetivo indemnizar al asegurado respecto a la pérdida o daño que sufra a consecuencia de los riesgos asociados a la transportación marítima de bienes. A través de los tiempos, y a medida que han surgido nuevas exposiciones, este tipo de seguros se ha convertido en una mezcla de cubiertas la cual se segrega en tres grupos:
- Cubierta de Casco
- Cubierta a la Carga
- Cubierta de Responsabilidad Civil
¿Quieres conocer más sobres estás cubiertas?, proximamente estaremos publicando más sobre ellos.



